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La igualdad de género es crucial para construir una sociedad equitativa en todos sus aspectos, porque contribuye a la disminución de la pobreza y promueve la salud, la educación, la protección y el bienestar integral.

Aunque existen bastantes avances en materia de Igualdad de Género, también existen retrocesos. Las mujeres y niñas conforman la mitad de la población mundial, sin embargo, persiste la desigualdad de género, lo cual obstaculiza el avance social. 

Según Naciones Unidas, a nivel global, las mujeres ganan en promedio un 23 % menos que los hombres, y dedican significativamente más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Además, en todo el mundo, muchas mujeres casadas carecen de autonomía en decisiones sobre su salud y derechos sexuales y reproductivos. 

Una proporción significativa de mujeres entre 15 y 49 años ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o de otros. En ciertas regiones como África y Oriente Medio, una de cada tres niñas de 15 a 19 años ha sido sometida a mutilación genital femenina, una práctica peligrosa que puede causar hemorragias graves, infecciones, complicaciones en el parto e incluso la muerte.

Estos actos de violencia no solo afectan individualmente a las mujeres y niñas, sino que también limitan su calidad de vida en general y obstaculizan su participación activa en la sociedad.

Al ritmo actual, Naciones Unidas calcula que se tardará 300 años en acabar con el matrimonio infantil, 286 años en subsanar las lagunas de protección jurídica y eliminar las leyes discriminatorias, 140 años en que las mujeres estén representadas en pie de igualdad en puestos de poder y liderazgo en el lugar de trabajo y 47 años en lograr la igualdad de representación en los parlamentos nacionales.

Juntas y organizadas por la Igualdad de Género

Recientemente, Paraguay fue sede por tercera vez de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), espacio considerado como la máxima instancia de diálogo político, donde los países de América buscan consensuar y asumir compromisos para seguir avanzando hacia objetivos comunes para el desarrollo sostenible de la región y de los Derechos Humanos. 

En este sentido, más de 60 organizaciones de la sociedad civil, mujeres, indígenas, campesinas, de discapacidad y de la comunidad LGBTQI+ se aglomeraron en una gran Asamblea de Mujeres donde acordaron tomar las calles y marchar en defensa de la Igualdad de Género. 

Durante la Asamblea, también hicieron entrega de un amplio documento, con 15 demandas puntuales, a la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres, Alejandra Mora, quien reconoció que en la región se vive una polarización social sobre los Derechos Humanos. 

Al día siguiente, durante el primer día de la sesión ordinaria de la OEA, cientos de mujeres se movilizaron bajo el lema “OEA, kuñanguéra roma´e penderehe (las mujeres estamos observando)” y posicionaron públicamente la deuda histórica del estado paraguayo hacia los Derechos Humanos, exigiendo aprobar y defender la Igualdad de Género para garantizar una vida digna y libre de todo tipo de violencias.

Entre algunos reclamos puntuales, exigieron la derogación de la Resolución N° 29664, conocida como Resolución Riera, que prohíbe la difusión de materiales educativos que contemplen el concepto de género en todas las escuelas y colegios públicos. Pidieron eliminar la Ley° 6830 Riera-Zavala, que criminaliza las ocupaciones campesinas y también demandaron al Congreso la ratificación del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo sobre la eliminación de la violencia y el acoso.

En Paraguay y en toda la región, se están viviendo varios retrocesos en materia de Derechos Humanos, lo que perpetúa aún más las desigualdades sociales y de género. Sin embargo, las mujeres organizadas y gran parte de la sociedad consciente de estos retrocesos, nos organizamos y nos movilizamos porque creemos que es posible seguir avanzando hacia la verdadera igualdad de género. 

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